FUERTE en la DEBILIDAD.


 FUERTE en la DEBILIDAD.

Hay palabras de las escrituras que nos hemos acostumbrado a usarlas como “un MANTRA”, por el desconocimiento del poder que ellas encierran. Y es así como escuchamos por muchos años a la gente repetirse, "DIGA EL DÉBIL, FUERTE SOY". El problema es que al pronunciar esta hermosa frase vemos que no sucede nada, entonces nos preguntamos: ¿Será que nos hace falta "CONVICCIÓN en esa palabra o esa palabra realmente no tiene PODER"?


La palabra debilidad es sinónimo de "cansancio, agotamiento, endeble, flojera, flaqueza". Tiene que ver con esa falta de vigor, fuerza o resistencia ante una situación y es quizás el estado en que se encuentran muchas personas hoy en día.


Por eso, algo importante de comprender es que “estar DÉBILES NO ES IGUAL A ESTAR EN PECADO” como piensan algunos, porque para muchos las debilidades son sinónimo de pecado, así que *NO ES PECADO SER DÉBIL*.


Pero no podemos conformarnos con saber que no pecamos al no tener solidez, fuerza o resistencia ante los problemas, más bien NECESITAMOS TOMAR las MEDIDAS NECESARIAS para FORTALECER esas ÁREAS de nuestro CARÁCTER.


Joel 3:10 PDT <<Conviertan en espadas sus herramientas para sembrar, y en lanzas las herramientas que usan para podar. QUE EL MIEDOSO diga: “SOY VALIENTE”>>.


Y aunque esta palabra fue dada al profeta Joel sobre el juicio que vendría sobre las naciones, hoy quiero usarla dentro de otro contexto para llevarla a una aplicación a nuestro diario vivir.


Recuerdo cuando aprendí esa cita, y en medio del caos que era mi vida, me la pasaba repitiendo: ¡Diga el DÉBIL, FUERTE SOY! pero por mucho tiempo no sucedió nada, porque realmente era una declaración que había aprendido y la cual pensaba que funcionaria solo por repetirla, pero no es así. Esto no solo sucedió con esta frase sino con muchas otras más, quizás esperaba fórmulas mágicas ante los problemas.


Luego, el Señor me mostró como con tanta facilidad podemos entrar en el terreno de *ser igual al Pueblo de Israel, que con su BOCA lo ADORABAN, pero su CORAZÓN estaba muy apartado de Él*. En mi mente no estaba segura que Cristo me podía fortalecer en mi debilidad, pero en mi corazón si creía que era posible. Me debatía entre el pensamiento y el corazón y la mente le ganaba muchas veces la batalla al corazón.


Esa expresión "SOY FUERTE o VALIENTE", tiene que estar cargada de una CONVICCIÓN y esa convicción se evidencia es en la dificultad.


La realidad de esta declaración *DIGA EL DÉBIL FUERTE SOY*, se trata más bien de la seguridad de poder enfrentarnos a cualquier situación por la convicción de que Dios nos acompaña en todo momento y que él puede darnos todas las herramientas que necesitamos para fortalecernos en nuestras debilidades.


LA VERDAD ES QUE CUANDO SOMOS DÉBILES ESTAMOS EN MEJOR DISPOSICIÓN DE ACEPTAR LOS RECURSOS DIVINOS, porque la autosuficiencia es un gran impedimento para que podamos recibir la fortaleza y poder de Dios para enfrentar cualquier crisis.


El Apóstol Pablo, reitera la misma expresión del Profeta Joel en el siguiente texto: <<Es por esto que me deleito en mis debilidades, y en los insultos, en privaciones, persecuciones y dificultades que sufro por Cristo. Pues, CUANDO SOY DÉBIL, entonces SOY FUERTE>>. 2 Corintios 12:10 NTV


Pablo le pidió tres veces al Señor que lo ayudara ante una situación difícil que estaba experimentando, a lo que Dios le dijo que se conformara con la gracia que había recibido, porque esa debilidad le impediría que el orgullo afectara su vida cristiana, obstaculizándole que pudiera aprender y recibir los recursos de Dios para él. Dios le dijo a PABLO que cuando "SOMOS DÉBILES, él actúa mejor porque tenemos mayor dependencia suya, y somos más humildes para acatar sus enseñanzas y sus demandas para nosotros”.


El deseo de Dios para sus hijos es que crezcamos integralmente. Por lo general la falta de fortaleza ante las situaciones que podamos enfrentar, se trata de la poca nutrición espiritual que recibimos, por eso Jesús dijo "que NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE SINO DE TODA PALABRA QUE SALE de la BOCA DE Dios".


Debemos preguntarnos qué cosas estamos consumiendo a través de nuestros sentidos, ya que esto determinará el nivel de fortaleza que podamos tener.


No usemos más estas frases como para REVERTIR CUALQUIER SITUACIÓN por la que estemos pasando. Es cierto que la palabra de Dios es poderosa y eficaz, pero ese poder solo lo genera la fe.


No nos lamentemos por aquellas cosas que vienen a nosotros y que a pesar de orar insistentemente no cambian, más bien aprovechemos esto para acercarnos a Dios y ser fortalecidos por él.


_ Entonces, ¿CÓMO NOS HACEMOS FUERTES?


1_ DEJAR de LAMENTARNOS por las cosas que no podemos cambiar y ENFOCARNOS en aquellas que si podemos cambiar.


2_ ACEPTANDO la VOLUNTAD de Dios al EXPRESAR CONTENTAMIENTO.


3_ DESPOJARNOS de la AUTOSUFICIENCIA.


Recuerda, SOY FUERTE SOLO A TRAVÉS d un ENTRENAMIENTO en el ÁREA de mi DEBILIDAD.


Ximena de Camacaro

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