*TODO lo PUEDO EN CRISTO que me FORTALECE

TODO lo PODEMOS en CRISTO. 

Si hoy hacemos una evaluación de este año que pasó, ¿podríamos decir, que NOS SENTIMOS FORTALECIDOS SIEMPRE en DIOS? 

Creo que fue un tiempo bastante difícil para todos, donde la mayoría de los días enfrentamos luchas sobre todo en lo económico, y estas se convirtieron en peleas espirituales, emocionales y algunas veces familiares. En algunos momentos pensamos: ¡no puedo con esto! Pero después venía esa fuerza de parte de Dios que nos animaba a seguir la lucha. Mal o bien, todos dimos grandes batallas en ese tiempo, algunas las perdimos, otras las ganamos, y en muchas ocasiones el resultado no era el que esperábamos, más Dios estaba allí fortaleciéndonos.

El Apóstol Pablo, en una carta enviada a la iglesia de Filipos, en el último capítulo les agradeció por interesarse en sus necesidades económicas, en esta carta, les explicó cómo había aprendido a vivir en la abundancia y en la escasez, a pasar por hambre y muchas carencias económicas, pero en esos momentos buenos y malos encontró una fuerza para superarlos y esa fuerza fue Jesucristo. 

Fue así como les dijo: << *TODO* lo puedo en Cristo que me fortalece>>. Filipenses 4:13 NVI  

¿Cuántas cosas logró superar Pablo? *TODAS*, no dijo, ¡he superado algunas cosas en Cristo! Dijo: ¡TODO LO PUEDO EN Cristo que me fortalece! Y decir esto, no implicó que siempre obtuviera la victoria sobre la situación, lo que sí recibió de Cristo en cada momento, era la fortaleza para afrontar el resultado de la prueba, fuera bueno o malo. Cada día él RECUPERABA SUS FUERZAS en CRISTO, porque APRENDIÓ a DESCANSAR en su PODER.

Para muchos creyentes esta cita bíblica se convirtió en un cliché, una frase que se repetían automáticamente en los momentos duros, pero a la final, miraban que no estaban fortalecidos. Lo que DETERMINA que TAN EFECTIVA HA SIDO las FUERZAS de DIOS en nosotros, es la MANERA como ENCARAMOS las SITUACIONES, las decisiones que tomamos al momento, la forma como vivimos el día a día. 

Quizás el balance económico y en otras áreas al terminar el año no sea el mejor, pero estamos con vida, salud, y eso significa que comenzaremos un nuevo año con los motores encendidos. Recuerden que LAS MISERICORDIAS DE DIOS SON NUEVAS CADA DIA. 

JAMÁS PIENSE que INICIARÁ este AÑO con PÉRDIDAS, porque la biblia nos enseña que nuestra vida tiene más valor que la comida, la ropa y otras cosas materiales. Iniciamos con una gran ganancia: salud. Y después de allí, sólo necesitaremos de la presencia de Dios en nuestras vidas. 

Es importante que comprendamos, que "Todo lo podemos hacer por medio de Cristo, quien nos da las fuerzas". Llegarán momentos buenos y malos, pero si hacemos del Señor esa fortaleza diaria, los enfrentaremos con la actitud correcta. 

La ÚNICA MANERA que podamos APRENDER a DISFRUTAR de cada MOMENTO, es que los logremos VIVIR BAJO la PERSPECTIVA de DIOS y no de la nuestra. Y para lograr esto, necesitamos ubicar al Señor como el epicentro donde ocurre cualquier movimiento. 

Hemos comprendido que la VIDA de un HOMBRE no la DETERMINA sus riquezas porque esto es efímero, en estos tiempos donde muchos han tenido pérdidas físicas, logramos entender la importancia de vivir enfocados en Dios. 

Este año que inicia, vamos a CAMBIAR el ORDEN de PRIORIDADES, no vamos a trabajar por las cosas que nos producen un placer inmediato, desde ya enfoquemos en trabajar alineados a la voluntad perfecta de Dios. 

Estamos DISEÑADOS para LOGRAR GRANDES COSAS, todas, pero eso solamente lo lograremos cuando formemos una yunta con Dios, y al formar esta unión, recibiremos ese poder de Cristo para enfrentar los desafíos que vendrán. 

Con Dios tu y yo somos más que vencedores. Así que:

1_  Tomen la decisión de que CRISTO SEA el CENTRO de sus vidas. Involucrémoslo en absolutamente todo, no únicamente en los momentos de angustia. 

2_ Hagámonos el propósito de ORAR DIARIAMENTE, para alinear nuestros planes BAJO la PERSPECTIVA de DIOS. 

3_ Qué nuestras PRIORIDADES las DETERMINEN el saber que estamos de PASO por esta TIERRA

4_ DESCANSEMOS en ese PODER que NOS BRINDA y HAGAMOS de ÉL nuestra FORTALEZA

Y con una CONVICCIÓN, podremos decir: TODO LO PUEDO en CRISTO que me FORTALECE

Ximena de Camacaro 









 

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