El PODER de la OBEDIENCIA
El poder de la OBEDIENCIA.
En los días de la vida mortal de Jesús, experimentó sentimientos como el sufrimiento, la angustia, y fue precisamente en esos instantes donde OFRECIÓ ORACIONES y SÚPLICAS CON FUERTE CLAMOR y LÁGRIMAS a Dios, pero algo que exaltaremos en este devocional de hoy, es como “la ORACIÓN es un VEHÍCULO IMPORTANTE para LLEVARNOS a la SUMISIÓN y como a través del SUFRIMIENTO APRENDEMOS OBEDIENCIA”.
Hebreos 5:7_8 "En los días de su vida mortal, Jesús ofreció ORACIONES y SÚPLICAS con fuerte CLAMOR y LÁGRIMAS al que podía salvarlo de la muerte, y fue ESCUCHADO por su REVERENTE SUMISIÓN. Aunque era Hijo, mediante el SUFRIMIENTO APRENDIÓ a OBEDECER;….
LA ORACIÓN DESARROLLA HUMILDAD, humildad para acercarnos a aquel que puede salvarnos de cualquier situación, como también humildad para aceptar lo que sea que decida, y como dice este versículo, fue lo que le abrió puertas a Jesús para que sus oraciones fueran escuchadas.
La SUMISIÓN o la SOBERBIA NO SE PUEDEN ESCONDER, ellas son tan fáciles de identificar en las personas. La sumisión es algo que nos debe caracterizar como creyente, porque Jesús nos dio ejemplo en todas estas cosas para que siguiéramos sus pisadas. Por el contrario, la soberbia es algo que nos etiqueta como personas que no hemos entendido el propósito de una vida cristiana. Las escrituras dicen: “el soberbio será humillado y el humilde será enaltecido”.
Y dice este versículo que Jesús fue escuchado en ORACIÓN por su REVERENTE SUMISIÓN. Si hiciéramos un balance de las respuestas a nuestras oraciones, podríamos decir, ¿qué SOMOS ESCUCHADOS con FRECUENCIA? O somos de los que tenemos una larga lista de oraciones no contestadas.
JESÚS NO TUVO DESTELLOS DE SUMISIÓN, su ESTILO de VIDA REFLEJABAN su SUMISIÓN. Él hacia todo lo que le AGRADABA a DIOS, y esto es sumamente importante que lo entendamos, porque en ocasiones lo que hacemos con una mano lo borramos con el codo, es decir, tenemos buenas actitudes, comportamientos, sentimientos, pensamientos, pero si esto no es un estilo de vida sino actos aislados y que solo se los manifestamos a quien nos interesa, entonces no cuentan para Dios, serán actos de los cuales recibiremos la recompensa en esta tierra.
Por eso es importante que podamos aprender a desarrollar una SUMISIÓN TOTAL a DIOS, y la sumisión se debe reflejar tanto en la adversidad como en los momentos buenos. Es fácil aparentar una sumisión, pero el problema es que a Dios no lo podemos engañar, ante la gente nos podemos presentar como la réplica de la madre Teresa de Calcuta, pero ante nuestro Dios que todo lo sabe, este engaño no funciona.
Es a través del SUFRIMIENTO donde mostramos que tan cierta es nuestra SUMISIÓN. Porque el sufrimiento revela nuestro carácter como creyentes, revela nuestra madurez espiritual, revela nuestra obediencia, es así como dice este versículo que “Aunque era Hijo, mediante el SUFRIMIENTO APRENDIÓ a OBEDECER”. Jesús es el UNIGÉNITO del Padre, y el saber quién era no fue un motivo para enaltecerse, por el contrario, sabía que sería nuestro modelo de obediencia al Padre. Él pudiese haberse tomado algunas atribuciones especiales por ser quien era, pero no lo hizo, se humilló a si mismo, se hizo siervo, fue obediente en todo momento.
La OBEDIENCIA ES RADICAL, muchas veces decimos que somos obedientes en algunas cosas y en otras no, “la OBEDIENCIA A MEDIAS es DESOBEDIENCIA”. Y en Jesús esa fuerza para vivir en obediencia SURGIÓ de una RELACIÓN ÍNTIMA con el Padre a través de la oración. Por eso, cuando usamos poco el vehículo de la oración, o usamos este vehículo en direcciones contrarias a donde deberían ir, el resultado será pocas oraciones contestadas.
Vuelvo a esta parte del versículo: "Aunque era Hijo, mediante el SUFRIMIENTO APRENDIÓ a OBEDECER;"...
¿Podríamos decir lo mismo en este momento? ¿El sufrimiento ha desarrollado obediencia?
Él APRENDIÓ OBEDIENCIA, porque la Obediencia se aprende. Somos desobedientes por naturaleza, pero eso es posible de corregir. Y hablar de aprendizaje, requiere de tener primero, el deseo de lograrlo, segundo, un compromiso para trabajar en ello, tercero, perseverancia para permanecer en ese carril y volver a el cuando nos desviemos.
Les invito a orar hoy para que ESTE TERRIBLE SUFRIMIENTO POR EL QUE ESTAMOS PASANDO DESARROLLE UN FRUTO DE OBEDIENCIA EN NUESTRAS VIDAS.
Y les animo a Creer que aquel que dio su vida por nosotros en una cruz, está allí para cuidarnos y protegernos. No estamos solos. Dios está contigo y conmigo, creamos y confiemos.
Ximena de Camacaro.
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